Karina tiene veinte años y un trabajo sencillo en un centro de bienestar. Tras comprobar que la mayoría de las relaciones fracasan decide que sólo quiere una vida tranquila. Y eso significa seguir una estricta política de no-citas, que cumple a rajatabla… Hasta el día que conoce a su nuevo cliente, Kael y sus principios se tambalean. Poco a poco Karina se dejará llevar por el mundo de Kael, todavía sin saber lo que le espera…